El curso ha llegado a su fin. Echamos la vista a atrás y podemos decir que un año más nos sentimos orgullosos por todo todo lo que hemos hecho. Por supuesto que hay cosas que podrían haberse planteado mejor o que podían haberse realizado de otra manera pero todo son experiencias que nos han servido para aprender y mejorar en el futuro.
Son muchas las actividades que hemos llevado a cabo. Algunas han salido muy bien y otras no tanto, pero no olvidemos que nuestro huerto es un proyecto en el que los resultados no son lo más importante sino todo los procesos y tareas que se han planteado o que han ido surgiendo de forma espontánea en el devenir del curso. No importa la meta, aquí lo más importante ha sido, es y será, el camino.
Al grupo de alumn@s participantes (el tercero ya...) les deseamos lo mejor y esperamos que su experiencia con el huerto haya sido útil y gratificante. Nuestra intención ha sido la de crear en ellos una conciencia de respeto por el medio ambiente, de valorar la importancia de la agricultura y los productos ecológicos, e, igualmente, fomentar unos hábitos nutricionales (y vitales) saludables.
Con respecto al huerto, hemos acordado con Rosa, nuestra conserje con residencia en el centro, que durante los meses de julio y agosto, se encargará de los cultivos que han quedado (tomates y pimientos) hasta nuestra llegada en septiembre, momento en el que, cargados de energía, ilusión y nuevos propósitos, volveremos a empezar el ciclo.
Con respecto al huerto, hemos acordado con Rosa, nuestra conserje con residencia en el centro, que durante los meses de julio y agosto, se encargará de los cultivos que han quedado (tomates y pimientos) hasta nuestra llegada en septiembre, momento en el que, cargados de energía, ilusión y nuevos propósitos, volveremos a empezar el ciclo.
¡Buen verano a tod@s!