Con casi todas las tareas ya hechas sólo queda la observación y mantenimiento de lo que tenemos plantado: tomates, pimientos y fresas. El sol y el calor ya están asentados y hay que regar casi a diario, sobre todo los cultivos de exterior porque la tierra se seca con rapidez.
Todos los días recogemos fresas que, tras lavarlas bien, degustamos con placer.
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