Observamos que la evolución de los ajos es imparable, cada día están más altos y sus puntas afloran a toda velocidad. Siguiendo un consejo de nuestro antiguo director, Javier, los cubrimos con tierra para que su crecimiento sea mayor y adquieran mayor tamaño y grosor...¡a ver si nos funciona!
También aprovechamos para plantar más verdura (brócoli y acelga) en los lomos que aún tenemos disponibles.
Para que los pájaros no se coman los tiernos brotes de las plantas recién puestas elaboramos una protección consistente en atar cordel a dos palos clavados en los extremos de cada río. De este modo se impide que puedan posarse y que picoteen las hojas.
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